Con este libro, se rinde un justo homenaje a quienes -en algún caso a riesgo de su propia integridad física- no teían ningún temor de dar testimonio de su fe, de llevar la Biblia, venderla o regalarla, explicarla y proclamarla, pues todo su deseo era que la gente encontrara en la persona de Jesucristo, el Señor y salvador de sus vidas.
En muchos casos la acción decidida de los colportores acabó con sus huesos en la cárcel. En otros su mensaje caló y surgieron iglesias en lugares diversos de la geografía española, en los que todavía hoy perdura su testimonio.
Un libro como este hacía falta, para dejar constancia de la entrega y osadía de unos hombres que son hoy ejemplo para nosotros del valor que otorgaban a las Sagradas Escrituras y su mensaje. Ellos son ejemplo también de fidelidad y entrega a la causa del evangelio.
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