El consenso general es que Cristo puede encontrarse en el Antiguo Testamento y debe predicarse desde el Antiguo Testamento. Sin embargo, no todos están de acuerdo en cómo encontrar y predicar a Cristo con base en la primera parte de la revelación divina.
En la actualidad existen por lo menos dos planteamientos hermenéuticos que resumen esta cuestión. Por un lado, el cristocentrismo busca encontrar y predicar a Cristo en todo o casi todos los pasajes del Antiguo Testamento y, por otro, el cristotelismo entiende que el Antiguo Testamento en su conjunto apunta a Cristo, aunque cada pasaje no trate con Él de manera explícita. Ambos planteamientos emplean en su esencia una hermenéutica histórico-gramatical, pero el cristocentrismo añade otros métodos interpretativos que afectan la manera de leer el Antiguo Testamento y pone así en riesgo la intención misma del autor original.
Este libro defiende el cristotelismo como la hermenéutica que anticipa al Cristo que el Nuevo Testamento identifica como Jesús sin tener que forzarlo en cada pasaje del Antiguo Testamento. Para encontrar y predicar a Cristo en y desde el Antiguo Testamento es necesario leerlo con cuidado, precisamente de la misma manera que Cristo lo hizo.
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