Las profundas crisis que el pueblo judío ha atravesado a lo largo de su historia le han enseñado que una teología dinámica resulta esencial para mantener su vitalidad como comunidad de fe. Desde el monte Sinaí hasta los profetas del exilio, desde Maimónides y su Guía de perplejos hasta la Cábala, desde el jasidismo hasta la Segunda Guerra Mundial, la reflexión teológica, siempre plural, sostuvo el alma judía.
La deversidad de propuestas y perspectivas que estas páginas ofrecen, servirá de estímulo para la investigación teológica y el diálogo interreligioso.
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