Sin importar a dónde miramos, encontramos enfrentamientos y conflicto generalizado entre el matrimonio tradicional y el matrimonio entre personas del mismo sexo, entre los que favorecen el aborto y los que están en su contra, entre los que apoyan libertad personal y los que desean la protección gubernamental. Pareciera que de la noche a la mañana, la cultura ha cambiado de tal manera que lo correcto y lo equivocado ya no son juzgados según la verdad universal sino según la opinión popular. Mientra el complejo discurso sobre la homosexualidad, el aborto y la libertad religiosa continua desarrollándose en nuestro ámbito laboral, en nuestras iglesias, en nuestras escuelas y en nuestros hogares, los cristianos nos hacemos la misma pregunta: cómo debemos responder ante todo esto?.
Las líneas ha sido demarcadas. El tiempo de guardar silencio terminó. Ha llegado el momento de que los cristianos tomen consciencia y compartan el mensaje del evangelio, que es mucho más radical que los asuntos más controversiales de hoy en día.
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